Me recomendaron mucho esta saga, pero nadie me advirtió que el primer libro fuera tan malo. El problema radica en las expectativas. El protagonista es un ladrón y uno espera que el libro centre su trama en la planificación de robos y demás detalles de la profesión. Lastimosamente, el libro se derrite mientras se resuelve un crimen. La saga tiene otros títulos que suenan interesantes, como El ladrón que leía a Spinoza y El ladrón que citaba a Kipling, así que (muy a mi pesar) la continuaré.
viernes, 19 de febrero de 2016
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Literatura Adulta
Los ladrones no pueden elegir de Block
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