Ahora entiendo por qué muchos prefieren ver la película. En el libro, el miedo de no crecer, la angustia por los cambios corporales, la falta de identidad, el miedo a tomar decisiones y el terror por los adultos que transmite la historia de Alicia, se desfigura entre los juegos de palabras y el caótico desfile de personajes y situaciones que despliega el autor. Da la impresión de que Carrol construyó su historia sobre la base del lenguaje sin estructurar la trama. Las palabras determinan los hechos y acontecimientos, los diálogos prescriben el sentido, los juegos del lenguaje definen las situaciones y cuando el chiste se agota aparece en escena el siguiente personaje con su correspondiente metáfora. Es todo muy sinsentido, pero divertido a la vez.
lunes, 8 de febrero de 2016
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Literatura Infantil
Alicia en el País de las Maravillas
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